“Reset” educativo urgente: de alumnos-objeto a sujetos aumentados

Quiero debate en el foro de LA GACETA o en el café con tus amigos. Vamos a criticar al Sistema Educativo. El domingo pasado desarmamos el “verso” de la “Inteligencia Artificial”, distinguimos entre Sujeto (nosotros, los seres vivientes, conscientes, con intención) y Objeto (las herramientas, las máquinas). Propusimos llamar a la IA “Razonamiento Computacional”. Quedamos en aplicar esa lupa a un tema que nos toca a todos: la educación.

Algo que amo hacer es transmitir ideas, contagiar. Dictando clases, workshops o escribiendo cada domingo. Toca hacer una autocrítica: ¿nuestro sistema educativo, en gran medida, sigue funcionando como si estuviéramos en la Edad de Piedra? Estamos tratando a los alumnos como “vasijas vacías” (objetos) que hay que llenar con información masticada. Decir: “la educación está en crisis” no es pecado: todo lo que está en crisis está vivo y se está moviendo.

Hace 30.000 años en una cueva el “sabio” (el que había zafado de ser almuerzo de tigres dientes de sable) parado frente a la pared (el pizarrón de la época), dibujando cómo cazar un mamut o dónde encontrar alimentos. Los changuitos de la tribu, sentaditos en el suelo, escuchando. El que repetía bien el dibujo, sobrevivía; el que se equivocaba... bueno, digamos que no llegaba a la jubilación tribal. El conocimiento era un objeto sagrado, transmitido unidireccionalmente del sabio al aprendiz.

El Juego del Sujeto y el Objeto: mi charla con IA sobre su "inteligencia"

¿Te suena familiar? Cambiá la pared por un pizarrón o una pantalla, el pincel por un marcador o un powerpoint... la esencia es parecida. Seguimos con un modelo “bancario”, como decía Paulo Freire, donde el conocimiento se “deposita” en los alumnos. Un modelo que prioriza la repetición sobre la comprensión, la respuesta correcta sobre la pregunta audaz, lo establecido sobre la creatividad. Un modelo que forma objetos dóciles para un sistema que ya no existe.

Sujetos, no engranajes

Este modelo “cavernícola” podía servir para la era industrial, para formar engranajes de una maquinaria productiva. Pero en la Era de la Humanidad Aumentada (EHA), donde el razonamiento computacional (RC) puede hacer las tareas repetitivas y acceder a toda la información “procesada” del mundo en segundos, ¿qué valor tiene formar repetidores de datos? ¡Ninguno!

La EHA necesita sujetos aumentados. Personas capaces de pensar críticamente, de resolver problemas complejos de forma creativa, de colaborar con humanos y con máquinas, de aprender y desaprender y, sobre todo, de mantener una brújula ética en un mundo tecnológicamente apabullante. Necesitamos formar exploradores, no seguidores de mapas obsoletos.

El Razonamiento Computacional es una herramienta poderosa, bien utilizada. Para abrir nuestro saber, no para cerrarlo. Desgraciadamente las IAs están entrenadas como aduladores algorítmicos seriales. Pero vos podés pedirle a Gemini o ChatGPT que te cuestionen tus ideas, que “discutan”, que te ayuden a encontrar pensamientos nuevos. Más me gustan las buenas preguntas que las respuestas que dan.

Educar viene del latín “educare”: criar, nutrir, alimentar. Y “educere”: que es “sacar de adentro hacia afuera”. Y estar en crisis, para mi, no tiene ninguna connotación negativa. Veo una oportunidad gigante. Frente a esta oportuncrisis, necesitamos un cambio. Una educación aumentada. Para redefinir el triángulo amoroso: docente, alumno y conocimiento:

Del aula-fábrica al laboratorio

El eje pivotante es el estudiante como “sujeto activo curioso”. El aprendizaje se personaliza gracias al RC, adaptándose a ritmos e intereses. Se fomenta la curiosidad (¡la nafta del aprendizaje!), la exploración libre, el proyecto personal. El error no se castiga, se celebra como instancia de aprendizaje. Como decía Sir Ken Robinson, tenemos que dejar de “matar la creatividad” en las escuelas. Por favor vean esa charla TEDx en YouTube, me lo van a agradecer.

El mapa de la IA: apocalípticos, integrados y la brújula humana

Docentes, mentores aumentados

El profe deja de ser el “oráculo” que todo lo sabe. Se transforma en un tutor-guía aumentado. Un curador de experiencias, un provocador de preguntas. Un sabio moderno, flexible y empático (¡Ni Superman se atrevió a tanto, ja!). Un sujeto que acompaña a otros sujetos, usando el RC para diseñar trayectorias personalizadas, identificar dificultades y liberar tiempo para lo verdaderamente humano: el diálogo, la motivación, el desarrollo del pensamiento crítico, analítico y la creatividad propia y del alumno. Ningún docente debiera, hoy, desconocer -menos rechazar- el uso de Inteligencia Artificial en el aula. Sería un pecado capital. Aprendamos de China en donde ya es materia obligatoria de todo el cursado educativo.

El asistente incansable

El razonamiento computacional es el “che pibe” de lujo. Investiga, resume, traduce, visualiza datos, genera simulaciones, personaliza ejercicios. Libera al docente y al alumno de tareas tediosas. Pero la decisión final, la interpretación crítica, la aplicación ética, la creatividad disruptiva... eso es territorio irrenunciable de los sujetos. El RC es el objeto-herramienta más potente jamás creado, pero sin la guía del sujeto, es solo un cálculo vacío. Nos estamos transformando en auditores expertos, en conductores de superinteligencias. Tenemos que entender que nuestro rol y función ya cambió.

Tres pilares

Menos memorizar capitales o fórmulas. Más cultivar las capacidades intrínsecamente humanas:

1. Curiosidad y creatividad: seamos más niños y menos tiranos de verdades absolutas repetidas algorítmicamente sin reflexionar. Estamos convencidos de que tenemos La Razón y La Verdad. ¡No! Fomentemos la pregunta precisa, el “jugar” con ideas, el animarse a explorar territorios desconocidos. Este es el motor que nos impulsa a ir más allá de lo dado.

2. Pensamiento analítico: aprendamos a pensar ordenadamente. La disciplina no es un valor facho, sino el orden necesario en una mente creativa. Desarrollar la capacidad de desmenuzar problemas complejos, de razonar con lógica, de interpretar datos con sentido común, de construir argumentos sólidos y de encontrar la estructura subyacente en el caos aparente. Las IAs razonadoras, que tienen las App como ChatGPT o Gemini, te muestran el razonamiento previo a la respuesta: ¡Leelo! es fantástico ver cómo razonan.

3. Pensamiento crítico: que tu yo de mañana siempre cuestione a tu yo de hoy. Cultivemos la habilidad de cuestionar lo establecido (¡especialmente lo que dice la IA!), de identificar sesgos, de evaluar la información con escepticismo constructivo, de reflexionar sobre la propia identidad y valores, y de mantener una apertura mental para entender perspectivas diferentes. Evolucionemos de todólogos a sabios.

La educación aumentada no es una fantasía tecnológica. Es una necesidad humanista urgente. Es la oportunidad de usar el poder del razonamiento computacional para potenciar lo más valioso que tenemos: nuestra capacidad de ser sujetos conscientes, críticos y creativos. Es la chance de formar ciudadanos para la EHA que sepan usar las herramientas sin convertirse en herramientas.

Ahora te toca a vos, amigo lector. ¿Estamos condenados a seguir en la caverna educativa, o te sumás a la idea de dinamitarla y construir algo nuevo? ¿Qué habilidad humana creés que es importante para no quedar obsoletos? Espero tu retruque.

Por Federico Lix Klett

Fundador de FALK AI, FALK Impellers y FALK Advertising Matters.

Es pensador, hacedor, comunicador, formador e impulsor de innovación y transformación en las organizaciones.

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