El Juego del Sujeto y el Objeto: mi charla con IA sobre su "inteligencia"
Charlé con una IA sobre su “inteligencia” y desenmascaré el verso: no es sujeto, es objeto. Un artefacto sin conciencia, puro razonamiento computacional. ¡Explorá cómo distinguir humano de máquina en la Era de la Humanidad Aumentada! Leé la nota completa y sumate a la reflexión.
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Federico Lix Klett
4/20/20255 min read


El Juego del Sujeto y el Objeto: mi charla con IA sobre su "inteligencia"
Che prepará el feca que hoy la cosa se pone filosófica, pero tranqui, como charla de domingo, sin humo académico. ¿Viste que ando meta darle al bocho con esto de la "Inteligencia Artificial"? Bueno, el otro día me puse a hacer algo medio loco: charlar con una IA sobre sí misma. Sí, así como suena.
Me copé con un modelo, desconocido y que nadie menciona, -con menos marketing pero mucho talento como Rodrigo Aliendro-. Este es LearnLM 2.0 Flash Experimental, un modelo nuevo de Google (en ai.dev) que, dicen, está diseñado para dar respuestas cortitas y al pie fine tuneadas. Fine tuning es un ajuste puntual que se hace a un LLM para que sea bueno en algo específico, en este caso en aprendizaje y enseñanza.
LearnLM es una herramienta, un sistema, un objeto tecnológico, si vamos al fondo de la cuestión. Y yo, Federico, el sujeto curioso, el hincha quinotos que no se queda con la primera respuesta, empecé a tirarle preguntas.
"Che", le dije (bueno, tipeé, no nos pongamos literales), "¿vos sos inteligente?". La respuesta, previsiblemente, fue una descripción técnica de sus capacidades. Pero seguí repreguntando, aplicando un poco de pensamiento crítico, ese que a veces nos olvidamos en el apuro: "¿Pero entendés lo que procesás? ¿Tenés conciencia de lo que generás?". Y ahí, en el diálogo, en las respuestas pre-programadas pero reveladoras de la máquina (¡reveladoras para mí, claro, no para ella!), me cayó la ficha con más fuerza que nunca: la confusión monumental que genera el término "Inteligencia Artificial".
La máquina, obediente como buena herramienta, procesaba mis preguntas y devolvía información basada en patrones y datos. Pero era evidente que no había "nadie" ahí adentro. No había un sujeto. Había un objeto sofisticadísimo capaz de realizar un Razonamiento Computacional asombroso, pero nada más. Y entender esa diferencia, amigo lector, es la clave para no comerse el verso en esta Era de la Humanidad Aumentada (EHA).
Sujeto vs. Objeto: ¿Quién manda acá?
Pongámoslo en criollo. El Sujeto sos vos, soy yo. Somos los que sentimos el calorcito del sol en la cara, los que nos emocionamos con un gol del Deca (¡o sufrimos!), los que tenemos intenciones, conciencia, historia, vida. El sujeto es el que experimenta el mundo y, fundamentalmente, el que tiene la capacidad de definir, de darle sentido a las cosas.
El Objeto, en cambio, es... bueno, todo lo demás. La silla donde estás sentado, el celular que tenés en la mano, una piedra en el camino. Son cosas que son, que existen, pero no experimentan. No tienen conciencia ni voluntad propia. Son definidos, usados, manipulados por el sujeto.
Pensemos en el vaso que usamos en otra charla. El vaso ES de vidrio, tiene una forma, ocupa un lugar (su Ser). Pero su Deber Ser (para qué sirve: para tomar agua, poner flores, o hasta como objeto de arte improvisado) se lo asigna el sujeto. El vaso no decide ser vaso, ni maceta, ni obra de arte. Es un objeto esperando la intención del sujeto.
foto generada con ImageFx de Google DeepMind
La "Inteligencia" Artificial: Un objeto disfrazado de sujeto
Ahora, apliquemos esta lupa a la famosa "IA". ¿Qué es ontológicamente (desde su ser) hablando? Es un objeto. Un artefacto creado por humanos (sujetos), que funciona con algoritmos (instrucciones de sujetos), alimentado por datos (seleccionados y estructurados por sujetos). No tiene vida biológica, no tiene conciencia, no tiene experiencia subjetiva, no tiene intenciones propias más allá de las que le programamos.
Lo que hace espectacularmente bien es Razonamiento Computacional (RC). Procesa información a lo bestia, detecta patrones que a nosotros se nos escaparían, calcula probabilidades a velocidades de Fórmula 1. ¡Una herramienta fenomenal! Pero llamarla "Inteligencia" es como llamar "Chef Michelin" a una multiprocesadora de última generación. La multiprocesadora pica, mezcla, amasa de maravillas siguiendo recetas (algoritmos), pero no "entiende" de sabores, no "siente" pasión por la cocina, no "crea" un plato desde una emoción. Es un objeto útil, no un sujeto cocinero.
El término "Inteligencia Artificial" nos vende humo. Nos hace antropomorfizar la máquina, le atribuimos cualidades de sujeto: pensamiento, comprensión, ¡hasta sentimientos!. Y este "verso marketinero", este fetiche tecnológico, no es inocente. Genera expectativas irreales ("¡La IA va a resolver todo!"), miedos infundados ("¡Terminator nos va a matar a todos!") y, lo peor, nos hace olvidar dónde reside la verdadera agencia: en nosotros, los sujetos humanos.
Razonamiento Computacional al servicio humano
Por eso insisto tanto en hablar de Razonamiento Computacional. Es un término más preciso, más honesto. Pone las cosas en su lugar: estamos ante una herramienta de cálculo y procesamiento de datos extremadamente potente, un objeto tecnológico sin precedentes. Y como toda herramienta, su valor no está en sí misma, sino en cómo la usamos nosotros, los sujetos.
Entender esta distinción no es un capricho de filósofo trasnochado. Es fundamental para navegar la EHA con lucidez. Nos permite usar el RC para aumentar nuestras capacidades ¡de eso se trata la Humanidad Aumentada! Para liberarnos de tareas tediosas y potenciar nuestra creatividad, pero manteniendo siempre el timón en nuestras manos. Nos recuerda que la ética, la responsabilidad, el propósito, siguen siendo cosa de sujetos.
Nunca te olvides que un sujeto puede definir a un objeto con facilidad. Como vos podés definir a un “vaso”. Un sujeto puede definir a otro sujeto, pero ahí se vuelve más complicado. Como vos podés definir este artículo. Pero nunca un objeto puede definir a un sujeto. Una IA jamás podrá definir a una persona. No al menos directamente. Si, tal vez, indirectamente. Y ahí radica ontológicamente el dilema de por qué no debemos atribuirle a la IA cualidades de entendimiento, razonamiento, conciencia, autoconciencia, ni nada parecido. Ahora, esto no quita que, en un futuro, las IA puedan desarrollar algo similar a nuestra conciencia. Una simulación como hacen hoy de nuestra inteligencia y razonamiento. Pero eso sólo da para un artículo entero.
Distinguir un sujeto de un objeto es clave. Y es algo que veo seguido confundir a “influencers” o “expertos” que saben usar ChatGPT pero no mucho la capocha. Y esta claridad es especialmente crucial en un ámbito donde la confusión entre formar sujetos y programar objetos puede tener consecuencias devastadoras: la educación. Pero de eso, de por qué nuestro sistema educativo está en crisis y, a veces, falla al no entender esta diferencia y cómo podríamos rediseñarlo para formar verdaderos sujetos aumentados, charlamos el domingo que viene.
Ahora, te paso la posta a vos: ¿Te cierra esta distinción entre subjetivizar a la IA (el verso) y objetivizar al RC (la posta)? ¿Creés que llamamos mal a la "Inteligencia Artificial"? Al final LearnLM terminó reconociendo que llamarse RC es más preciso que IA, a pesar de que todos sus datos de entrenamiento le dicen lo contrario.
Te espero en el foro de LA GACETA para seguir desarmando estos conceptos y que no nos vendan gato por liebre algorítmica.
¡Filosofía con papas fritas y Good Show!


Por Federico Lix Klett
Fundador de FALK AI, FALK Impellers y FALK Advertising Matters.
Es pensador, hacedor, comunicador, formador e impulsor de innovación y transformación en las organizaciones.
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